Tolerancia cero contra la corrupción y solidaridad con los más desamparados. Estos fueron los dos ejes en los que el jurista y exalcalde de Vigo, Ventura Pérez Mariño, centró su pregón. Y para ello apeló a la "valentía" histórica de los vigueses, que se levantaron en 1809 contra el invasor francés, para luchar ahora contra el paro y los corruptos, que calificó de "invasores silenciosos".

Pero antes pidió perdón por no hacer un bando al uso. "Disculparme por no hacer lo habitual en un bando: floridas referencias a la ciudad que nos acoge", comenzó. "Hoy A Reconquista pasa por la expulsión de un enemigo más peligroso que aquel francés de 1809: el paro" que -continuó- "va dejando a muchas personas exhaustas y apartadas del camino".

Por ello, Pérez Mariño aludió con fuerza al derecho al trabajo. "No es ni puede ser un derecho ilusorio. No es compatible con miles de jóvenes que tienen que emigrar para encontrar su primer empleo. Y queda malparado cuando se ponen nombres y apellidos a esa multitud que busca un lugar en el mercado laboral", advirtió.

Para el jurista, la implicación de la sociedad con los más desamparados es clave. "Ese derecho no puede evitarse argumentando que no nos afecta. Que es un problema de otros. Desde esta tribuna os exhorto a abrir un paraguas amigo y solidario a los que sufren el desamparo [...]. Que noten la mano amiga", pidió.

A continuación fijó su discurso en la corrupción, de la que lamentó que "no pasa un día sin que no nos levantemos atónitos ante el anuncio de un nuevo escándalo económico o político".

"La corrupción pone en peligro el sistema democrático e impregna todos los niveles de la sociedad. Y es especialmente irritante cuando se trata de cargos públicos", comenzó. "Pero también se extiende a los ciudadanos que votan al político corrupto, a los que piensan que el fin justifica los medios, a los que guardan un silencio cómplice frente a ella...", citó Pérez Mariño.

Y fue por ello que remarcó que se debe "evitar la impunidad y que el corrupto no sufra la presión y el rechazo social". Y lanzó un llamamiento a los vigueses. "Debemos reconquistar la honradez y honorabilidad, el valor de las cosas bien hechas, el amor al trabajo y al esfuerzo [...]. De esta forma la codicia y la corrupción que nos rodean serán expulsadas, como en su día lo fueron los invasores franceses", exclamó.

Finalmente, requirió al auditorio para "alzar un grito indignado ante tanta ignominia" y abogó por la colaboración. "Nosotros podemos vencer si colaboramos con que no se derrumbe el castillo de bienestar que construimos. Parafraseando a Kennedy: No me preguntéis lo que Vigo puede hacer por vosotros, sino lo que vosotros podéis hacer por Vigo", concluyó.